ENFERMEDADES FUNGICAS Y SU CONTROL.
Las enfermedades fúngicas, afectan al cultivo por intervenir directamente en la obstrucción de diferentes procesos dentro de las plantas: de fotosíntesis, respiración, vasos conductores del agua y nutrientes (xilema / floema) y en algunos casos los órganos de reproducción. A modo de ejemplo, el rendimiento puede ser afectado en forma directa (órganos de reproducción) ò indirecta (vasos de conducción de nutrientes y agua).
Las enfermedades criptogámicas que afectan el follaje, pueden disminuir el rendimiento por diversos motivos, a saber:
- parasitismo, aprovechándose de los nutrientes de la planta que producen la energía que necesitan estos patógenos.
- Perdida de las moléculas de clorofila (verde), produciendo un amarillamiento de las hojas, provocando deficiencia de captación de luz y posterior producción de fotosintatos.
- Caída de las hojas (defoliación) en un proceso final, eliminando el órgano productor de energía del cultivo.
La predisposición de los cultivos extensivos, como el Trigo y la Soja, con el agregado de sistemas que mantengan condiciones favorables, como la Siembra Directa, hacen que el control de las mismas se constituya en una práctica cada vez más necesaria en la agricultura tecnificada de la Argentina.
Los productos fitosanitarios, que controlan el espectro de enfermedades producidas por hongos (fungicidas), constituyen una herramienta tecnológica altamente eficaz, siempre y cuando sean utilizados en forma eficiente.
Los puntos a tener en cuenta para la buena elección de un fungicida son:
- Amplio espectro de control.
- Momento de aplicación (preventivo ò curativo).
- Residualidad.
- Poder curativo (erradicante).
- Buena relación costo/beneficio.
El momento de aplicación es sumamente importante en estos productos, porque una vez instalado el hongo, comienzan procesos enzimáticos, que constituyen una autodefensa, provocando que el producto fungicida no sea 100% efectivo, trayendo aparejado repetición de aplicaciones ò elección de un nuevo fungicida.
En Trigo, las manchas foliares (Roya, Septoria, etc) y el Fusarium, constituyen los principales agentes causales de enfermedades que afectan el rendimiento del cultivo.
El período crítico en el cultivo de Trigo, comprende desde 20 a 30 días antes del 50% de floración y 10 días posteriores a la misma. Es allí donde el cultivo tiene que alcanzar la máxima superficie foliar para aprovechar la radiación solar.
La elección de fungicidas del grupo de los triazoles (Ej. Tebuconazole) logran excelentes estándares de control, tanto en manchas como en Fusarium.
En Soja, cultivo preponderante en superficie y latitudes, soporta año tras año la presencia de las enfermedades de fin de ciclo (denominadas con las siglas EFC), está representada por varias enfermedades fúngicas, como ser: Antracnosis, Septoria, Cercòspora, etc.
Desde el año pasado, la temible Roya de la Soja hizo poner en alerta máxima a toda los actores involucrados en la producción de esta leguminosa, siendo los fungicidas la herramienta fundamental para minimizar el impacto productivo (debido a que todavía no se desarrollaron variedades resistentes a este patógeno).
Se recomienda la aplicación de fungicidas entre los estadíos R3, R4 y R5 para eliminar el parasitismo, mantener el área foliar verde y aumentar la captación de la energía solar.
Nuevamente, el grupo fungicida de los triazoles, solos ò en mezclas con estrobilurinas, son las herramientas que mejores resultados han alcanzado en diversos ensayos y lotes de producción donde se presentó la enfermedad.
Ing. Luis Casas
NOTA EXTRAIDA DE www.ciagro.com.ar
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